viernes, noviembre 24, 2006

Sergio Rigazio - Junín, Bs. As. - Argentina










POEMAS







harvest moon
(oda en suspensión)

“But now it's gettin' late

And the moon is climbin' high
I want to celebrate
See it shinin' in your eye”
Harvest Moon, Neil Young


¿cuántas lunas llenas de gracia de monedas de almíbar de sustancias tóxicas de nácar de fondant de escupitajos de hielo y tachuelas de mercurio
y limonada de espejos?

¿cuántas lunas marcadas por líneas de carreteras y rieles y desiertos de arena
y harina de huesos lentejuelas piedras preciosas lágrimas
y leches elementales?

¿cuántas lunas cargadas de mal de los rastrojos de mar de fondo de ojos
de pájaros de mal agüero abiertos hasta lo imposible?


¿cuántas suplicantes miradas de perros de luna abandonados bellos
parias mirando hacia arriba en la noche helada con ojos de pánico
andenes de policía secreta espiando la boca de los subtes
y fantasmas con hambre?

¿cuántas observaciones astronómicas y de astronautas en celo y shamanes
y amantes de pupilas y babas milimétricas y chicas y chicos pálidos manteniendo conversaciones de marihuana en las esquinas?

¿cuántas veces rodando como un rolling stone por Callao y más allá la desolación
a punto de alcanzar una perfecta e inmaculada redondez de hedionda eternidad
para beneplácito de gondoleros y orgasmo de suicidas?

¿cuánta sal del dolor del universo y la caspa inmemorial del tiempo como plaga
de luciérnagas feroces de partículas yendo al encuentro de la oscuridad
del kharma y otras artes menores?

¿cuánta luz de signos y sortilegios danzando en el aire al compás de los mares
suspendida?



(de "The Buick Project y otras canciones de viaje")


Oración a Neal Cassady


protégenos San Neal de la muerte
y espanta la muerte del camino
con polvo de tus huesos de risa
apuntando hacia el oeste ilumina
las señales
las ventanitas temblorosas
lo que vemos languidecer
a un costado de las rutas

refuerza las sandalias del pecador
y de los hombres sin fe
refuerza los frenos de los malos conductores
y los elásticos de las camas en las pensiones baratas

protégenos de las falsas alarmas
del cielo
de los distraídos
y de la luz mala de los patrulleros

sálvanos del tiempo que se pierde
de los que perdieron los códigos de las carreteras
y de los filibusteros
y las cabinas de peaje

cobija nuestras almas bajo la inmensidad
de las nebulosas

pasando a través de la noche
con ojos sacramentales
rumbo a lugares tan extraños como
Capilla del Monte
Bragado
o Membrillares

cobija los corazones de nuestros amores perdidos
y de los dulces enamoramientos imposibles
y cántales las canciones de Chet Baker
para que no sufran

déjalos pasar
déjalos volver

y que no cuenten los kilómetros
ni vean fantasmas en el espejo retrovisor
protégenos San Neal de la muerte
y espanta la muerte del camino


(de "The Buick Project y otras canciones de viaje")


el hijo maldito de Billy Bond

tenía tres varones
tres promesas

uno seguidito del otro
machito decían las parteras

sin prisa ni pausa
tres monstruos le crecían
bajo los sobacos

un día del niño compró tres mazas
en una ferretería
y se las dio envueltas para regalo
al final de los ravioles

rompan todo
les dijo


lamento pampeano

ah chata chotez de pampa
que te vuelvo a ver ondulando imprecisa
hasta el horizonte aburrido de tus ínfulas
de mar al revés
amarronados se vuelven los pibes
que te miran desde los ómnibus
espantados por la lejanía
de tu enorme más allá
efecto que de no mediar
lunáticas desviaciones
mutará tarde o temprano
en una sencilla chota chata
indiferencia a todo lo que los rodea



jack flash

ahora que he aprendido a volverme mudo
pero saltarín como un hornero
las copas de algunos árboles me advierten
cuando estás despierta
si fue una noche dura o bebiste mucho
y tus pies descalzos se deben sentir
hasta en la China



noches de twist y fainá

en algún momento de la historia argentina
se llegó a creer
injustificadamente
que el twist alegraba los corazones

en medio de un twist fervoroso
perdí a mi primera novia
y no bailé más

incrédulo aún del grado de crueldad
anidada en toda mujer
me contentaba en observar de lejos
sus rodillas brillando a la luz de la TV

fue una de esas noches de twist
y fainá

la tía Pochi
–que vivía en el campo
y por eso el Club del Clan
la excitaba hasta lo indecible–
le vaticinó a mi madre
que yo sería un hombre triste